viernes, 31 de julio de 2009

La confusión me acecha; debí alejarme –porque sentía que mis pasos ya no podían perseguir a un imposible- pero cuando lo hice, algo dentro de mí se quebró, una suerte de vació irreparable cubrió mi mirada. La brisa, que danzaba cerca, me susurró al oído que nuevos aromas renacerían con la resignación, que mi piel volvería a erizarse con solo encender el cercano recuerdo.
¿Cuántos sentimientos me habré perdido por mantenerme aferrada a la nada?
No deseo más melancolía indecisa ni frases inacabadas, solo pretendo robarme esta ilusión disfrazada de anónimo conocido e invitarla a sonreír.

1 comentario:

  1. Muy lindo lo q escribis, estuve entreteniendome con un par de cosas.

    =)

    ResponderEliminar